Castells en l'aire. La
voluntat del vot català
Castillos en el aire. La voluntad del voto catalán
Entrando en
los resultados, quiero analizar a grandes rasgos los resultados de cada uno de
los partidos:
CiU ha caído
12 escaños cuando pretendía conseguir una gran mayoría absoluta.
Paradójicamente ERC ha subido 11 escaños. Por lo tanto, aquí el análisis es que
la aventura independentista, el aumento del fervor nacionalista que CiU ha
fomentado pensando que les iba a beneficiar a ellos, sólo ha servido para dar
votos a ERC. Por tanto, podemos afirmar que Mas ha sido el mejor candidato de
ERC. Los votantes de CiU, aparte de todo esto, han dado la espalda a Mas en más
de 100.000 votos debido a un hecho: el peligro de pacto entre CiU y ERC ha
asustado a votantes de CiU, esos votantes que tanto ha luchado para acabar con
el "tripartito" y que temían volver a ver a ERC en el Gobierno
catalán. Los castillos en el aire de Artur Mas le han pasado factura, y los
catalanes le han dicho que en el caso de querer una independencia no quieren
que sea él quien la lidere.
El PSC ha
caído 8 escaños, y son las cuartas elecciones autonómicas catalanas en las que
el PSC pierde votos. Han obtenido el peor resultado de su historia en votos y
escaños. Esto se ha debido al ambiente electoral en el cual se estaba votando a
dos extremos (independencia sí o independencia no) y Pere Navarro ha decidido
quedarse en medio, apostar por un federalismo que nadie se cree. El PSC ha
vivido hasta el momento en una inconcreción en la que no se decidía por un
flanco más soberanista y otro sólo socialista (dos tierras que conviven en el
PSC) y en estas elecciones, al PSC se le ha terminado esa inconcreción, el PSC
no podía seguir en esa inconcreción y llegado el momento de posicionarse no ha
logrado mantener su voto. Es claro que el buen paso del PSC en Cataluña se ha
debido a que nunca ha tenido que posicionarse en el asunto soberanista, la paz
en este ámbito dentro del socialismo catalán le ha permitido obtener grandes
éxitos electorales.
El PP català
ha logrado el mejor resultado de su historia en votos y escaños, lo cual es el
dato más positivo para el PP en Cataluña y también en clave nacional. Bien es
cierto que el gran ascenso de ERC ha sorprendido, y el PP podía haber llegado a
optar por la segunda posición en el Parlament si este ascenso no se hubiese
producido. Por lo tanto ha sido un resultado muy bueno en el resultado final,
pero algo corto si tenemos en cuenta que el PP ha tenido la segunda posición en
el Parlament a sólo 50.000 votos.
A ICV y a ERC
les ha ocurrido cosas similares, que han subido en escaños, pero no es su mejor
resultado en unas elecciones autonómicas catalanas. La denuncia de la crisis y
los recortes por encima del discurso soberanista parece haber reportado buenos
resultados para ICV.
Otro resultado
excelente y sorprendente ha sido el de Ciutadans, que ha triplicado su
presencia en el Parlament. La apuesta transversal del progresismo catalán
españolista ha logrado buenos resultados, quitando votos importantes tanto al
PP como a CiU y al PSC.
El radicalismo
de izquierdas independentista nacido de la agrupación de “indignados”, CUP, ha
significado la introducción de los antisistema en el sistema, algo que hasta
hoy parecía una contradicción. Esta presencia de 3 escaños de este conjunto de grupos
y asociaciones nacidas del 15-M más radical podría tener implicaciones futuras
y animar a que otros grupos antisistema opten por tener representación en las
instituciones. Una cosa ha quedado muy clara: ahora el Parlament sí les
representa. CUP irrumpe en el Parlament y sustituye a SI (aunque con un escaño
menos) y aglutina un voto que optó en las anteriores elecciones por la
abstención o por el voto a ICV, ERC o SI.
Con los
resultados encima de la mesa los pactos de gobierno son diversos. Todo parece
indicar que Mas volverá a ser el President de Catalunya, pero puede no ser así,
las matemáticas poselectorales así lo apuntan. Puede darse un pacto CiU-ERC,
uno de los pactos más evidentes, que sería la apuesta por un pacto dentro de la
política identitaria. También puede darse un pacto CiU-PSC, el cual es muy poco
posible, puesto que significaría la práctica liquidación de los socialistas de
Cataluña, debido a que apoyar a CiU
significaría apoyar los futuros recortes en la región (recortes que serán más
fuertes que los de 2012 y 2011 juntos), a lo cual no creo que se arriesguen. El
pacto CiU-PP es posible matemáticamente, aunque la guerra identitaria entre
estos dos partidos ha congelado sus relaciones. Este pacto sería posible si CiU
optase por abandonar su discurso soberanista y apuntase a un pacto de gobierno
vinculado a la economía, puesto que ambos partidos tienen pretensiones
similares en este terreno. Este pacto será muy complicado si Mas continúa en el
liderazgo de CiU, otro gallo podría cantar si la Unió de Durán i Lleida se alza
con la voz cantante del partido.
La otra vía de
pacto sería una alineación de la izquierda, es decir, renovar el tripartito
(ERC-PSC-ICV: 54 escaños), que superaría a los 50 escaños de CiU. Este pacto
dejaría como consecuencia un gobierno con mayoría simple, un gobierno poco
estable, como lo sería un gobierno único de CiU. El tripartito obligaría a CiU,
si pretende gobernar, a pactar con el PP.
Hoy lo que
personalmente creo que va a pasar es que el futuro gobierno de Cataluña será de
CiU en solitario y que en la legislatura pacte con ERC para los asuntos
soberanistas y con el PP en los acuerdos económicos y en la aprobación de los
presupuestos autonómicos catalanes. Hoy es la apuesta más segura, aunque el
panorama que ha dejado estas elecciones es demasiado caótico e imprevisible.
La política
catalana hoy, día 26, es mucho más laberíntica que el 24 y deberemos esperar a
ver cómo se desarrollan los acontecimientos. Mi opinión personal es que espero
que se forme un gobierno estable y que respete la Constitución.